Un cometa provocó un cataclismo en la Tierra hace 12.800 años, el Dryas Reciente. Ya hay un amplio consenso sobre que un asteroide mató a los dinosaurios hace 66 millones de años, pero un impacto cósmico más reciente podría haber ayudado a forjar el comienzo de los albores de la humanidad. Hace unos 12.800 años ocurrió algo que comenzó el Joven Dryas, una corta edad de hielo de 1.400 años de duración que provocó la extinción de buena parte de los grandes mamíferos en el hemisferio norte. El repentino comienzo del Joven Dryas es atribuido a un cometa que estalló sobre la Tierra, provocando masivos incendios que llevaron a un bloqueo de la luz solar o a un meteorito que golpeó al planeta, levantando una capa de polvo que tuvo el mismo efecto de ocultar el sol, impidiendo la fotosíntesis y colapsando la cadena alimentaria.
- El cometa que cambió la historia de la humanidad
- El impacto en la fauna y en la cultura humana
- Los camellos: origen y extinción
- El impacto en la fauna y en la cultura humana
- El impacto en la fauna y en la cultura humana
- Los camellos: origen y extinción
- El impacto en la fauna y en la cultura humana
- El incendio más grande que el que extinguió a los dinosaurios
- Tabla resumen
- Preguntas frecuentes
El cometa que cambió la historia de la humanidad
Las evidencias sugieren que un cometa impactó América hace entre 13.000 y 11.000 años, según muestra una reciente investigación publicada en Marsans Reviews. El estudio partió de las investigaciones existentes sobre el Joven Dryas Reciente, un período de enfriamiento ocurrido a finales del Pleistoceno, hace entre 2.700 y 11.500 años, que provocó un cambio climático masivo con extinciones significativas y cambios en la cultura humana.
La idea no es nueva, el congresista y escritor estadounidense Ignatius L. Donnelly escribió en su libro de 1883 "Ragnarok: la Edad de Hielo y Grava" que un inmenso cometa impactó la Tierra hace 12.000 años, destruyendo el continente perdido de la Antártida. Esta hipótesis fue valorada por primera vez por la corriente científica principal en 2007, cuando un estudio señaló que uno o más objetos grandes y de baja densidad explotaron sobre el norte de América del Norte, desestabilizando parcialmente la capa de hielo y provocando un enfriamiento.
La onda de choque, el pulso térmico y los efectos ambientales relacionados con los eventos, por ejemplo, la quema extensiva de biomasa y las limitaciones de alimentos, contribuyeron a las extinciones de la megafauna del Pleistoceno final y los cambios adaptativos entre los paleoamericanos en América del Norte. Es decir, el hombre prehistórico podría haber presenciado un impacto cósmico catastrófico que desencadenó incendios forestales masivos y, después, un enfriamiento global que causó la extinción de grandes animales, algunos de los cuales podrían haber sido depredadores humanos. Al extinguirse estos grandes mamíferos, la Tierra quedó en una mejor condición para la supervivencia humana en el futuro.
El impacto en la fauna y en la cultura humana
La desaparición de la gran fauna. En un estudio de 97 sitios geoarqueológicos, el geólogo y arqueólogo estadounidense Vance Haynes encontró que dos tercios contenían una capa rica en materia orgánica negra que data del inicio del Joven Dryas. No se encontraron evidencias de restos de megafauna dentro o encima de la estera negra. Concluyó que estratigráfica y cronológicamente, la extinción parece haber sido catastrófica, aparentemente demasiado repentina y extensa para que la depredación humana o el cambio climático hayan sido la causa principal.
Sin embargo, se han encontrado numerosos fósiles de megafauna, incluyendo el mamut, que los ha directamente en contacto con la estera negra. Sobre este animal, Haynes apunta: "Sus huesos estaban dispuestos en una pose realista, con la cabeza tirada en el suelo, tal como se habría caído hace 13.000 años". Junto al mamut, se encontraron diversas herramientas de caza, como cuchillos, puntas de lanza rotas y raspadores. Cerca se halló una herramienta rota dentro de una gigantesca huella, como si alguien la hubiera pisado antes de morir. Los restos del mamut y los objetos encontrados estaban cubiertos por la capa negra. Claramente, se puede inferir que el mamut murió repentinamente por un evento catastrófico que produjo la estera negra y que causó la extinción de los grandes animales en Norteamérica.
Los estudios sobre la extinción de los grandes animales. Muchas investigaciones han culpado a los primeros norteamericanos por su desaparición debido a la excesiva caza. Sin embargo, un nuevo estudio apunta que la actividad humana habría tenido un bajo impacto en la extinción de los grandes animales norteamericanos. Los arqueólogos Matthew Boulanger, Guy M. Robinson y Eric Michael Scott de la Universidad de Missouri decidieron investigar en el noreste de América del Norte, un área poco estudiada y, por tanto, generalmente alejada de las discusiones sobre las extinciones, que casi siempre se centran en las grandes llanuras y el suroeste estadounidense. Contrastando las dataciones por radiocarbono de 57 fechas de 47 sitios de megafauna y 25 fechas de 22 sitios paleoindios, el estudio concluyó que los grandes animales ya habían desaparecido antes de la aparición en escena de los humanos. Las dataciones de radiocarbono también sugieren que la megafauna del noreste norteamericano sufrió dos importantes declives antes de la extinción final, la primera sucedió hace 14.100 años, cuando todavía no había humanos en la región, después de esta decadencia, la población de animales se recuperó durante unos 500 años y el segundo declive comenzó hace 12.700 años, cuando ya los humanos deambulaban por la región, lo que no significa que hayan sido responsables de la extinción, que posiblemente ocurrió por el cuerpo celeste que desencadenó el Joven Dryas.
La extinción de grandes mamíferos en Norteamérica. Durante el Pleistoceno tardío, Norteamérica perdió más de la mitad de sus grandes mamíferos, incluyendo mamuts, mastodontes y perezosos gigantes, entre otros. En total, se extinguieron 35 géneros diferentes, todos con diversas preferencias de hábitats y dietas. Décadas de debates científicos han arrojado múltiples teorías sobre esta desaparición, que incluyen un cambio climático abrupto por causas atribuibles a la Tierra, un cambio climático repentino por un agente externo, como un cometa o un meteorito, masivas enfermedades, un exceso de humanos que exacerbó la cacería, sin descartar una combinación de los anteriores factores.
Uno de los estudios que ha contribuido al debate fue realizado por Jake Tyler Faith y Todd Surovell, de las áreas de Paleobiología y Antropología de la Universidad de Wyoming. Los hallazgos de este equipo indican que la extinción ocurrida hace entre 13.800 y 11.400 años pareció ser producto de un evento repentino y no de un desgaste lento de la población animal. La extinción masiva coincide precisamente con la llegada del hombre al continente, un cambio climático abrupto y un posible evento de impacto extraterrestre. Sigue siendo posible que cualquiera de estos, o todos, hayan contribuido a las repentinas desapariciones.
Los camellos: origen y extinción
Un cometa que provocó un cataclismo en la Tierra hace 12.800 años, el Dryas Reciente. Ya hay un amplio consenso sobre que un asteroide mató a los dinosaurios hace 66 millones de años, pero un impacto cósmico más reciente podría haber ayudado a forjar el comienzo de los albores de la humanidad. Hace unos 12.800 años ocurrió algo que comenzó el Joven Dryas, una corta edad de hielo de 1.400 años de duración que provocó la extinción de buena parte de los grandes mamíferos en el hemisferio norte. El repentino comienzo del Joven Dryas es atribuido a un cometa que estalló sobre la Tierra, provocando masivos incendios que llevaron a un bloqueo de la luz solar o a un meteorito que golpeó al planeta, levantando una capa de polvo que tuvo el mismo efecto de ocultar el sol, impidiendo la fotosíntesis y colapsando la cadena alimentaria.
El impacto en la fauna y en la cultura humana
Las evidencias sugieren que un cometa impactó América hace entre 13.000 y 11.000 años, según muestra una reciente investigación publicada en Marsans Reviews. El estudio partió de las investigaciones existentes sobre el Joven Dryas Reciente, un período de enfriamiento ocurrido a finales del Pleistoceno, hace entre 2.700 y 11.500 años, que provocó un cambio climático masivo con extinciones significativas y cambios en la cultura humana.
La idea no es nueva, el congresista y escritor estadounidense Ignatius L. Donnelly escribió en su libro de 1883 "Ragnarok: la Edad de Hielo y Grava" que un inmenso cometa impactó la Tierra hace 12.000 años, destruyendo el continente perdido de la Antártida. Esta hipótesis fue valorada por primera vez por la corriente científica principal en 2007, cuando un estudio señaló que uno o más objetos grandes y de baja densidad explotaron sobre el norte de América del Norte, desestabilizando parcialmente la capa de hielo y provocando un enfriamiento.
La onda de choque, el pulso térmico y los efectos ambientales relacionados con los eventos, por ejemplo, la quema extensiva de biomasa y las limitaciones de alimentos, contribuyeron a las extinciones de la megafauna del Pleistoceno final y los cambios adaptativos entre los paleoamericanos en América del Norte. Es decir, el hombre prehistórico podría haber presenciado un impacto cósmico catastrófico que desencadenó incendios forestales masivos y, después, un enfriamiento global que causó la extinción de grandes animales, algunos de los cuales podrían haber sido depredadores humanos. Al extinguirse estos grandes mamíferos, la Tierra quedó en una mejor condición para la supervivencia humana en el futuro.
El impacto en la fauna y en la cultura humana
El cometa que provocó el cataclismo en la Tierra hace 12.800 años, el Dryas Reciente, también tuvo impacto en la fauna y en la cultura humana. Las evidencias sugieren que un cometa impactó América hace entre 13.000 y 11.000 años, según muestra una reciente investigación publicada en Marsans Reviews. El estudio partió de las investigaciones existentes sobre el Joven Dryas Reciente, un período de enfriamiento ocurrido a finales del Pleistoceno, hace entre 2.700 y 11.500 años, que provocó un cambio climático masivo con extinciones significativas y cambios en la cultura humana.
La idea no es nueva, el congresista y escritor estadounidense Ignatius L. Donnelly escribió en su libro de 1883 "Ragnarok: la Edad de Hielo y Grava" que un inmenso cometa impactó la Tierra hace 12.000 años, destruyendo el continente perdido de la Antártida. Esta hipótesis fue valorada por primera vez por la corriente científica principal en 2007, cuando un estudio señaló que uno o más objetos grandes y de baja densidad explotaron sobre el norte de América del Norte, desestabilizando parcialmente la capa de hielo y provocando un enfriamiento.
La onda de choque, el pulso térmico y los efectos ambientales relacionados con los eventos, por ejemplo, la quema extensiva de biomasa y las limitaciones de alimentos, contribuyeron a las extinciones de la megafauna del Pleistoceno final y los cambios adaptativos entre los paleoamericanos en América del Norte. Es decir, el hombre prehistórico podría haber presenciado un impacto cósmico catastrófico que desencadenó incendios forestales masivos y, después, un enfriamiento global que causó la extinción de grandes animales, algunos de los cuales podrían haber sido depredadores humanos. Al extinguirse estos grandes mamíferos, la Tierra quedó en una mejor condición para la supervivencia humana en el futuro.
Los camellos: origen y extinción
Una de las imágenes más evocadoras del desierto de Arabia es una caravana de camellos serpenteando por las dunas de arena. Aunque a la mayoría de las personas les cuesta trabajo imaginarse a los resistentes animales fuera de esos arenales asiáticos, mucha gente se sorprende al saber que los camellos no son originarios de la península árabe o incluso del Medio Oriente, sino de América del Norte.
En junio de 2020, el diario The San Diego Union-Tribune informó que unos trabajadores que construían una nueva carretera desenterraron el fósil de un camello de 15 millones de años de antigüedad. Los primeros camellos vivieron en Norteamérica hace unos 50 millones de años y mantuvieron esta región como su hábitat exclusivo durante más de 45 millones de años. Fue hace solo entre 3 y 5 millones de años que el camello norteamericano se trasladó a Sudamérica, y luego se extendió hacia Asia y el Medio Oriente a través de la franja terrestre de Bering que conectaba el extremo noroccidental de Alaska con el este de Siberia, ahora bajo el mar.
La extinción de los camellos en Norteamérica. Antes del fósil del camello sandieguitino, se encontró uno en 2006 en la isla canadiense de Ellesmere que medía 2.7 metros. El camello norteamericano fue otra de las grandes especies que desapareció hace unos 11.000 años, junto con mamuts, perezosos terrestres, mastodontes, gatos de dientes de sable y osos de cara corta. Esta extinción coincidió cronológicamente con la expansión de los primeros pueblos aborígenes norteamericanos, hace entre 2.000 y 10.000 años.
Una especie de camello vivió en el oeste de América del Norte hasta el final del Pleistoceno, hace cerca de 11.000 años. Otras especies de los llamados camélidos del Nuevo Mundo son la llama, la vicuña, el guanaco y la alpaca. Aunque divergieron, los camélidos del Nuevo y el Viejo Mundo mantuvieron una conexión, ya que pueden reproducirse entre sí. La unión de un camello árabe o dromedario con una llama origina una cama; un animal estéril, como la mula engendrada por un burro y una yegua; y el macho o bordegano, que sale del cruce entre un caballo y una burra.
Actualmente, sólo sobreviven tres especies de camello: el camello árabe o dromedario, que vive en el Medio Oriente, al sur de Asia y el Cuerno de África; el camello bactriano, que se distingue por sus dos jorobas y habita en Asia central; y el bactriano salvaje, del que quedan unos 1.400 ejemplares en vida silvestre en los desiertos de Gobi y de Placas marker, en China y Mongolia.
El impacto en la fauna y en la cultura humana
Una de las imágenes más evocadoras del desierto de Arabia es una caravana de camellos serpenteando por las dunas de arena. Aunque a la mayoría de las personas les cuesta trabajo imaginarse a los resistentes animales fuera de esos arenales asiáticos, mucha gente se sorprende al saber que los camellos no son originarios de la península árabe o incluso del Medio Oriente, sino de América del Norte.
En junio de 2020, el diario The San Diego Union-Tribune informó que unos trabajadores que construían una nueva carretera desenterraron el fósil de un camello de 15 millones de años de antigüedad. Los primeros camellos vivieron en Norteamérica hace unos 50 millones de años y mantuvieron esta región como su hábitat exclusivo durante más de 45 millones de años. Fue hace solo entre 3 y 5 millones de años que el camello norteamericano se trasladó a Sudamérica, y luego se extendió hacia Asia y el Medio Oriente a través de la franja terrestre de Bering que conectaba el extremo noroccidental de Alaska con el este de Siberia, ahora bajo el mar.
La extinción de los camellos en Norteamérica. Antes del fósil del camello sandieguitino, se encontró uno en 2006 en la isla canadiense de Ellesmere que medía 2.7 metros. El camello norteamericano fue otra de las grandes especies que desapareció hace unos 11.000 años, junto con mamuts, perezosos terrestres, mastodontes, gatos de dientes de sable y osos de cara corta. Esta extinción coincidió cronológicamente con la expansión de los primeros pueblos aborígenes norteamericanos, hace entre 2.000 y 10.000 años.
Una especie de camello vivió en el oeste de América del Norte hasta el final del Pleistoceno, hace cerca de 11.000 años. Otras especies de los llamados camélidos del Nuevo Mundo son la llama, la vicuña, el guanaco y la alpaca. Aunque divergieron, los camélidos del Nuevo y el Viejo Mundo mantuvieron una conexión, ya que pueden reproducirse entre sí. La unión de un camello árabe o dromedario con una llama origina una cama; un animal estéril, como la mula engendrada por un burro y una yegua; y el macho o bordegano, que sale del cruce entre un caballo y una burra.
Actualmente, sólo sobreviven tres especies de camello: el camello árabe o dromedario, que vive en el Medio Oriente, al sur de Asia y el Cuerno de África; el camello bactriano, que se distingue por sus dos jorobas y habita en Asia central; y el bactriano salvaje, del que quedan unos 1.400 ejemplares en vida silvestre en los desiertos de Gobi y de Placas marker, en China y Mongolia.
El incendio más grande que el que extinguió a los dinosaurios
Un día de hace unos 12.800 años, la Tierra estaba saliendo de otra edad de hielo y el mundo empezaba a calentarse. De la nada, el cielo se llenó de bolas de fuego. Los incendios se precipitaron sobre la capa vegetal y el humo y el polvo obstruyeron la atmósfera, cortando la luz solar. En la medida que el ambiente se enfriaba, las plantas que se habían salvado del fuego también morían. Las fuentes de alimentos quedaron destruidas y las corrientes oceánicas cambiaron, aumentando el enfriamiento. Fue una breve edad del hielo que duró 1.400 años, al cabo de la cual la Tierra comenzó a calentarse nuevamente. Los humanos emergieron en un mundo con menor cantidad de animales grandes porque la catástrofe había extinguido a la mayoría.
Una de las hipótesis más populares como causa del desastre es que un gran cometa se fragmentó cerca de la Tierra y sus trozos impactaron al planeta, provocando incendios masivos. Se cree que estos incendios fueron más grandes que los producidos por el meteorito que extinguió a los dinosaurios hace 66 millones de años.
La cultura Clovis de Norteamérica también desapareció hace 12.000 años. Hasta mediados del siglo XX, la cultura Clovis, que se desarrolló entre el sur de EEUU y el norte de México, fue considerada la más antigua del continente americano. Su datación por radiocarbono indica que existió aproximadamente entre los años 11.250 y 10.600 antes de Cristo, época que coincidió con los últimos años del Dryas Reciente, el consenso Clovis que señalaba esta cultura como la primera de América empezó a romperse desde la segunda mitad del siglo pasado, cuando comenzaron a surgir evidencias de civilizaciones más antiguas en el continente americano.
Su nombre proviene de la ciudad de Clovis, Nuevo México, cerca de la cual está el primer yacimiento en el que se encontraron piezas arqueológicas. Su principal sello cultural son sus puntas de lanza de piedra acanaladas, conocidas como puntas Clovis. Estas puntas tienen un nivel de perfección inusual para unas piezas prehistóricas de su antigüedad. Se acepta que fueron grandes cazadores de mamuts, aunque la hipótesis de que causaron su extinción tiene menos aceptación.
Un meteorito acabó con la cultura Clovis. En los sitios arqueológicos estadounidenses de la cultura Clovis, se han encontrado rastros de platino, un metal asociado con los impactos de meteoritos, lo que sugeriría que la considerada por mucho tiempo como la primera civilización amerindia fue diezmada por un cuerpo extraterrestre que desencadenó la Mini Edad de Hielo del Dryas Reciente. La nueva información respaldaría la idea de que la breve edad de hielo fue desencadenada por el impacto de un meteorito, aunque existen varias teorías en debate. Los investigadores encontraron inusuales concentraciones de hasta 100 veces más platino en el testigo de hielo de 12.890 años de antigüedad, que se corresponde con un rápido enfriamiento ambiental indicado por los isótopos de oxígeno.
La causa del Joven Dryas y su relación con otras extinciones. El Joven Dryas es reconocido como un período de rápido cambio climático ocurrido hace 12.900-11.700 años, que tuvo aparentemente un impacto más fuerte en el hemisferio norte. La temperatura de la superficie del Atlántico Norte bajó hasta 7 grados centígrados, el clima europeo se hizo más helado, más seco y con una mayor estacionalidad. Los cambios en las zonas tropicales fueron menores, mientras que las latitudes altas y medias del hemisferio sur sufrieron un calentamiento. La rapidez del enfriamiento sugiere un desencadenante instantáneo, con las correspondientes reorganizaciones en la circulación atmosférica y oceánica.
El impacto del meteorito de Groenlandia. La reciente información obtenida de un testigo de hielo de Groenlandia sugiere que Norteamérica pudo haber sido impactada por un gran meteorito hace unos 12.900 años. La pista es la capa de platino presente en el hielo, en la misma época en la que comenzó la aguda transición climática del Dryas Reciente, que ha sido relacionado con la extinción de grandes mamíferos en Norteamérica y con la desaparición de la cultura Clovis. Las nuevas evidencias dan crédito a polémicos estudios previos que encontraron granos microscópicos de diamante y rastros del impacto de carbono presente en meteoritos en sedimentos datados de la misma época en la que se presume que ocurrió el impacto del objeto exterior.
El cráter de 31 kilómetros en Groenlandia. Mientras que la presencia de platino y otras partículas abonan en favor de un choque cósmico, los cuestionadores de esta teoría preguntan dónde está el cráter de impacto. Oculto bajo la gruesa capa de hielo de Groenlandia, fue encontrada la cicatriz de un impacto que, en principio, se pensó que tenía solo algunos miles de años, lo bastante reciente como para explicar el Dryas Reciente. El hallazgo fue realizado en 2015 por investigadores del Instituto Club de la Universidad de Copenhague, quienes estimaron que el cráter tiene un ancho de 31 kilómetros. Sin embargo, investigaciones posteriores por dos equipos independientes llegaron a la conclusión de que el cráter es mucho más antiguo, calculando que se formó hace 58 millones de años. Un equipo danés y otro sueco analizaron el cráter con métodos diferentes y llegaron a la misma conclusión en cuanto a la edad, por lo que el resultado se considera muy sólido.
Tabla resumen
Evento | Fecha/aproximada | Causa | Consecuencias |
---|---|---|---|
Cometa que provocó el cataclismo | Hace 12.800 años | Estallido de un cometa sobre la Tierra | Incendios masivos, bloqueo de la luz solar, extinción de grandes animales |
Impacto de un cometa en América | Hace entre 13.000 y 11.000 años | Fragmentación de un cometa cerca de la Tierra | Influencia en el clima y la cultura humana |
Extinción de los camellos en Norteamérica | Hace aproximadamente 11.000 años | Cambio climático y actividad humana | Desaparición de los camellos en el continente |
Extinción de grandes animales en Norteamérica | Hace aproximadamente 12.000 años | Debate entre diversas teorías, incluyendo cambio climático y actividad humana | Desaparición de la megafauna del Pleistoceno final |
Desaparición de la cultura Clovis | Entre 11.250 y 10.600 a.C. | Impacto de un cuerpo extraterrestre y cambio climático | Desaparición de la cultura más antigua de América |
Preguntas frecuentes
¿Puede un cometa o un meteorito tener impacto en la Tierra?
Sí, tanto los cometas como los meteoritos pueden tener impacto en la Tierra. Estos cuerpos celestes, al chocar con nuestro planeta, pueden provocar cambios drásticos en el clima y la fauna.
¿Cuál fue la causa del Dryas Reciente?
La causa exacta del Dryas Reciente no está completamente determinada, pero existen teorías que sugieren que un cometa o un meteorito podrían haber desencadenado la breve edad de hielo.
¿Qué animales se extinguieron durante el Dryas Reciente?
Durante el Dryas Reciente, se produjo una extinción masiva de grandes mamíferos en Norteamérica, incluyendo mamuts, mastodontes y perezosos gigantes, entre otros.
¿Qué consecuencias tuvo el impacto cósmico en la cultura humana?
El impacto cósmico provocó la desaparición de la cultura Clovis, considerada la más antigua de América. Además, los cambios climáticos y la extinción de grandes animales tuvieron un impacto en la supervivencia y el desarrollo de las poblaciones humanas.
¿Existen evidencias de los impactos cósmicos en la Tierra?
Sí, existen diversas evidencias, como capas de platino y sedimentos encontrados en diferentes sitios arqueológicos, que respaldan la hipótesis de los impactos cósmicos en la Tierra.
¿Se sabe exactamente dónde ocurrieron los impactos?
Aunque se han encontrado evidencias de impactos cósmicos, no siempre se ha podido determinar exactamente dónde ocurrieron. En algunos casos, los cráteres pueden estar ocultos o han sido erosionados a lo largo del tiempo. Sin embargo, se siguen realizando investigaciones para identificar y estudiar estos impactos.
Esperamos que este artículo te haya sido útil para entender los efectos de los impactos cósmicos en nuestro planeta y su influencia en la fauna y la cultura humana. Mantente al tanto de nuestras actualizaciones y no dudes en dejar tus preguntas o comentarios en la sección correspondiente. ¡Hasta la próxima!
¡Hola! Soy Javier L., un apasionado de la historia que ha encontrado en la escritura una vía para compartir y explorar los rincones más fascinantes de nuestro pasado. Cuando no estoy sumergido en algún libro o documento histórico, me encuentras plasmando mis descubrimientos y reflexiones en este blog. Creo firmemente que la historia no solo es una serie de fechas y eventos, sino un rico conjunto de historias y lecciones que aún resuenan hoy. ¡Espero que disfrutes leyendo tanto como yo disfruto escribiendo! Un saludo y gracias por acompañarme en esta travesía por el tiempo.
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