En la temporada navideña, todos asociamos esta festividad con paz, familia, regalos, adornos y el nacimiento de Jesús. Sin embargo, lo que pocas veces se sabe es que la Navidad tiene un origen pagano y que muchas de sus costumbres están ligadas a aspectos sombríos. En este artículo te mostraremos cómo el cristianismo influyó en la celebración de la Navidad desde sus inicios hasta como la conocemos hoy en día.
La Saturnalia era la celebración más alegre del año en Roma, se hacía en honor al dios Saturno, el regente de la agricultura y la cosecha. Durante esta celebración, que duraba del 17 al 23 de diciembre, se acostumbraba elegir a un rey entre los más pobres que dictaba órdenes a todos. Durante esa época, finalizaban los labores agrícolas, las escuelas cerraban y nadie trabajaba, ni siquiera los tribunales. Así, todos podían celebrar sin problemas y las restricciones sociales se relajaban.
Los esclavos eran temporalmente liberados y tratados como iguales, incluso se realizaba un intercambio de roles en el que los esclavos se comportaban y vestían como los amos, y viceversa. Durante esta festividad, las personas de los sectores más desfavorecidos de la sociedad romana iban de casa en casa cantando a cambio de comida. Esta costumbre es considerada como la precursora de los cantos de Reyes y de los aguinaldos. Además, se intercambiaban regalos como poemas satíricos y canciones, pero lo más usual era obsequiar sijillaria, pequeñas figuras hechas de cera o cerámica.
La Saturnalia se eliminó del calendario oficial, sin embargo, muchas de sus costumbres impregnaron celebraciones en la Europa occidental del medievo y luego en la Navidad propiamente dicha en el siglo XVIII.
El 25 de diciembre: las Juvenalias y la celebración al Sol Invictus
Los romanos celebraban las Juvenalias el 25 de diciembre, una festividad pagana en la que festejaban la infancia y hacían culto a Mitra, el Dios del Sol Invencible que cumplía años ese día. Esta celebración, junto con la del Sol Invictus, era una continuación de la Saturnalia.
Cada 25 de diciembre, los romanos celebraban el nacimiento del Sol Invicto. Para ellos, esta festividad significaba el renacimiento del Sol y el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Esta simbología sería luego trasladada a Jesús, quien es considerado la "luz del mundo" en la concepción del cristianismo. En sus inicios, los cristianos frecuentaban esta fiesta pagana.
En un inicio, la noche del 24 de diciembre varias familias se reunían para cenar y vestían sus mejores galas para tal ocasión. Juntos esperaban el amanecer con cantos, música, baile y fogatas. El solsticio de invierno pagano también era celebrado en otras áreas de Europa, en las que el invierno era mucho más fuerte, solo que con algunas variaciones.
El Yule: el solsticio de invierno pagano
El Yule era el equivalente del solsticio invernal para los pueblos germánicos y se celebraba cada 21 de diciembre, aunque esta fecha varía según la zona. Se originó en Escandinavia y era considerado un momento para el descanso y el fin del año, al celebrar el solsticio de invierno se prestaba a la luz y el fuego. Era un festival de año nuevo con el que se marcaba la pauta para los meses siguientes.
Los vikingos y otros pueblos paganos celebraban el Yule pasándolo en familia y amigos para celebrar la noche más larga del año. Durante la celebración, se acostumbraba a colocar bajo techo un árbol en representación de Yggdrasil, el árbol de la vida en la mitología nórdica. Después de cenar, quemaban el árbol y se colocaban alrededor de la hoguera. Se creía que con las llamas alejaban los malos espíritus y aseguraban la fertilidad de los campos y la abundancia de los animales.
El Yule se convirtió en un nombre para la Navidad y también resultó ser cristianizado para el siglo X. Aún se conserva la práctica de quemar un gran tronco en Gran Bretaña y varios países escandinavos, donde actualmente se prepara un tronco dulce con la apariencia de un tronco.
Krampus: el aterrador acompañante de Santa Claus
En Europa existen leyendas sobre un personaje maliciosamente sobrenatural llamado Krampus, que era el acompañante de Santa Claus. Se describía a Krampus con cuernos, uñas y cola en ilustraciones. Las leyendas escocesas e inglesas describen a un espíritu doméstico que se colaba por las noches en los hogares a través de las chimeneas. En la Edad Media se concebía la idea de que las brujas también usaban las chimeneas para acceder a las casas. Esta costumbre dio origen a la creencia de que Santa Claus baja por la chimenea para dejar los regalos.
¡Hola! Soy Javier L., un apasionado de la historia que ha encontrado en la escritura una vía para compartir y explorar los rincones más fascinantes de nuestro pasado. Cuando no estoy sumergido en algún libro o documento histórico, me encuentras plasmando mis descubrimientos y reflexiones en este blog. Creo firmemente que la historia no solo es una serie de fechas y eventos, sino un rico conjunto de historias y lecciones que aún resuenan hoy. ¡Espero que disfrutes leyendo tanto como yo disfruto escribiendo! Un saludo y gracias por acompañarme en esta travesía por el tiempo.
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