Curiosas costumbres medievales: ¡te sorprenderán!

Curiosas costumbres medievales: ¡te sorprenderán!

15 Extrañas Costumbres de la Vida en la Edad Media

Índice
  1. Primera costumbre: Las calles estaban hechas de excremento
  2. Segunda costumbre: Se tiraban los baldes con orina por las ventanas
  3. Tercera costumbre: Bañarse no era un hábito saludable
  4. Cuarta costumbre: No se comía con cubiertos
  5. Quinta costumbre: Se usaban sombreros y pelucas para disimular los piojos
  6. Sexta costumbre: El pan hacía alucinar
  7. Séptima costumbre: Los cerdos eran llevados a la corte por su comportamiento
  8. Octava costumbre: La fiesta de los locos
  9. Novena costumbre: Nadie se casaba por amor
  10. Décima costumbre: Depilarse las cejas, quitarse las pestañas y parte del cabello
  11. Undécima costumbre: Los excesos de vanidad te llevaban a la muerte
  12. Duodécima costumbre: La punta de los zapatos era señal de distinción
  13. Decimotercera costumbre: La cacería de brujas
  14. Decimocuarta costumbre: Velar a los muertos
  15. Decimoquinta costumbre: A los muertos se les ataba una campana
  16. Resumen de las extrañas costumbres de la Edad Media
  17. Preguntas frecuentes

Primera costumbre: Las calles estaban hechas de excremento

Tal vez creas que la Edad Media fue una época de romance y perfección, donde los largos vestidos de las mujeres solían ser un tributo a la elegancia y el encanto. Pero no era así, y el hecho de que los hombres llevaran pelucas y gigantes sombreros nada tenía que ver con un símbolo de distinción y estatus. La Edad Media, por el contrario, fue un largo periodo de raras y polémicas costumbres que trajeron consigo pestes y enfermedades debido a la falta de higiene. Costumbres que hoy encontraríamos bastante asquerosas.

Ante la falta de baños públicos, las personas solían hacer sus necesidades en cualquier rincón de la ciudad, infectando así el ambiente con olores nauseabundos. Caballos, cerdos, ovejas, humanos y todo aquel que fuese pasando por cualquier calle iba depositando sus heces, que con el tiempo formaban una especie de masa compacta que hacía las veces de camino y calle. Ya te podrás imaginar cómo olía la ciudad gracias a los excrementos por doquier.

Segunda costumbre: Se tiraban los baldes con orina por las ventanas

Las personas ponían cerca de sus camas las famosas bacinicas para hacer sus necesidades en la noche, y al día siguiente estos líquidos eran tirados por las ventanas de las casas. Además, dentro de las ciudades se encontraban cientos de curtiembres, lo que hacía que los olores fueran aún más nauseabundos.

Tercera costumbre: Bañarse no era un hábito saludable

Con la llegada del cristianismo, se dijo que bañarse no era, ante los ojos de Dios, un hábito saludable. Además, se creía que tomar el baño eliminaba el primer frente de defensa del cuerpo, haciendo que las personas fueran más propensas a enfermar. El baño en la Edad Media era un acontecimiento más bien lejano en la vida de las personas. Una familia entera se bañaba una vez al año, una mujer a punto de casarse igual, y si alguien estaba de cumpleaños, probablemente se bañara. En realidad, bañarse no era frecuente ni bien visto.

Cuarta costumbre: No se comía con cubiertos

Si ya te contamos que las personas hacían sus necesidades en cualquier esquina de la ciudad, cabe suponer que el papel higiénico tampoco formaba parte de su rutina de aseo. Razón obvia para pensar que, al no tener cubiertos, comían con las manos. Si esas mismas manos con las que se limpiaban después de hacer sus necesidades fisiológicas. En realidad, los cubiertos no eran de uso común. Solo la realeza podía hacer uso de ellos. En la Edad Media, únicamente existía el cuchillo y la cuchara, pues el tenedor fue una invención posterior. Así que la gente común y corriente comía con la mano, lo cual era una de las razones más frecuentes por las que contraían virus e infecciones.

Quinta costumbre: Se usaban sombreros y pelucas para disimular los piojos

En la actualidad, los piojos siguen siendo motivo de preocupación en las escuelas, pero en la Edad Media era un tema con el que toda la sociedad tenía que lidiar. Los piojos no respetaban estratos sociales, ricos y pobres estaban infestados de ellos. De hecho, las pelucas y sombreros de las distinguidas damas y los influyentes caballeros tenían dos objetivos: tapar la suciedad del pelo tras años de no lavarlo y, por supuesto, disimular los piojos. Era común que en las casas de la gente más pobre, toda la familia se sacara los piojos como práctica de entretenimiento.

Sexta costumbre: El pan hacía alucinar

El pan ha sido el alimento estrella por siglos, y la Edad Media no fue la excepción. Pero comer pan en esta época traía sus pequeños riesgos debido a la forma en cómo se almacenaba el centeno. Cuando las reservas de trigo acababan, se usaba el centeno que se guardaba con regularidad para evitar las épocas de hambruna. La cuestión con el centeno es que también se iba infectando de un hongo llamado ergot. Este hongo funciona de la misma forma en que lo hace el LSD, como un alucinógeno. Al ser mezclado con el centeno para producir pan, éste era consumido por la sociedad de la época, haciendo que padecieran terribles alucinaciones gracias a la mezcla del hongo con el cereal.

Séptima costumbre: Los cerdos eran llevados a la corte por su comportamiento

Quizás el pan con ergot, que hacía alucinar a la sociedad del Medioevo, también hizo que instauraran la costumbre de judicializar a los cerdos por su mal carácter y comportamiento. En la Edad Media, los cerdos hicieron de las suyas comiéndose a los bebés de algunos humanos, ya uno que otro adulto. Esto bastó para que decidieran llevarlos a la corte, juzgándolos por mal comportamiento y condenándolos a muerte. Pero el asunto no acaba ahí, por la corte también pasaron caballos, cabras y ovejas.

Octava costumbre: La fiesta de los locos

En la Edad Media existía un profundo respeto y temor hacia la iglesia, pero no por ello dejaba de hacerse mofa en ciertos círculos de las costumbres rígidas y del talante fuerte del cristianismo de entonces. Había una fiesta en clave de burla llamada la "fiesta de los locos", en donde se hacían grandes bacanales. Los bufones se disfrazaban de curas y se leía la biblia incluyendo improperios e incoherencias para el deleite de los invitados. Finalizada la ceremonia religiosa, todos se desataban a disfrutar de las prácticas más impensables para satisfacer su espíritu festivo.

Novena costumbre: Nadie se casaba por amor

Los matrimonios eran celebrados bajo un estricto interés económico y eran negociaciones establecidas desde años atrás entre las familias. En caso de que una pareja se enamorara, era una rotunda suerte. Además, las personas se casaban a temprana edad. La edad idónea para una mujer era 12 años, y para los varones de la época, 14 años. Además, el primer encuentro sexual entre la pareja tenía que ser de dominio público para constatar la pureza de la dama y asegurarse de que el acto había sido consumado. Si llegaba el día en que una pareja ya no se soportaba o por algún otro motivo, se acudía a la figura del divorcio. Este terminaría con la muerte de uno de los dos miembros. A las mujeres se les daban tres sacos llenos de piedras, y al hombre se le enterraba medio cuerpo y se le amarraba una mano para que ambos quedaran en igualdad de condiciones para la lucha en caso de que hubiera que luchar cuerpo a cuerpo para poder deshacerse de la pareja. Por ello, el divorcio era considerado casi una ridiculez. En caso de que ella perdiera la batalla, sería enterrada viva. En caso de que él perdiera, sería sentenciado a muerte por la misma sociedad. No había manera de ganar, por eso las parejas se soportaban tras aceptar la amarga suerte que les había tocado con sus respectivas parejas para el resto de sus vidas.

Décima costumbre: Depilarse las cejas, quitarse las pestañas y parte del cabello

Las mujeres de la Edad Media se depilaban totalmente las cejas y se arrancaban las pestañas para verse más atractivas. También se quitaban el cabello de la parte delantera del cráneo para hacer su frente más amplia. Dos claros ejemplos de la percepción de belleza de la época estaban en la Mona Lisa, pintada por Da Vinci y que aparece sin cejas, y la Reina Isabel I de Inglaterra, quien tenía una frente prominente gracias a que se arrancó parte de su cabello en esta zona.

Undécima costumbre: Los excesos de vanidad te llevaban a la muerte

Era tan grande la vanidad de las mujeres y hombres de la Edad Media, que para que la piel del rostro se viera sumamente blanca recurrían al plomo. Ser de tez blanca y mostrar una extrema palidez hasta el punto en que los vasos sanguíneos se vieran, era señal de estatus. Quienes se bronceaban eran los labradores, aldeanos y campesinos dedicados a las arduas labores de la agricultura a campo abierto. Un noble debía ser o aparentar ser lo más blanco que pudiera. Por ello, usaban pintura en la cara, esta sustancia tóxica con el tiempo iba deteriorando la piel, generando irritaciones e incluso la muerte. Los vestidos también eran teñidos con arsénico, otro material tóxico para la piel que, al ser absorbido, causaba la muerte. Normalmente, para que las ropas de la época tuvieran espectacular tonalidad verde, se usaba esta sustancia. Los nobles y ricos de la época ignoraban que su propia vanidad los estaba matando y ni hablar de la belladona que las mujeres ponían en sus ojos para hacerlos más grandes. El efecto era causado por el alcaloide de la planta que dilataba las pupilas, haciendo ver el ojo más llamativo. Lo que no contaban las damas de la época era con la toxicidad de la planta, que dejó ciegas a muchas de ellas.

Duodécima costumbre: La punta de los zapatos era señal de distinción

Así como el aspecto y el color de la ropa definían a la realeza y los señores, tener muy larga la punta de los zapatos también era señal de estatus. Los hombres de la época utilizaban zapatos de punta delgada y muy larga, tanto así que para diferenciarse de los menos favorecidos y hacerle entender a la sociedad cuán rico se era, la punta del zapato tenía que ser excesivamente larga. Para que esta punta no fuera una molestia a la hora de caminar, los hombres de la Edad Media la amarraban a su pantalón.

Decimotercera costumbre: La cacería de brujas

Ser mujer en la Edad Media no fue nada fácil. A ellas les endilgaron la mayoría de los crímenes, hasta la sequía y las hambrunas fueron su culpa. Cuando la iglesia empezó a perseguir indiscriminadamente a muchas mujeres, acusándolas de llevar a cabo rituales satánicos, inició la cacería de brujas. Uno de los castigos para comprobar si una mujer era bruja o no era llevarla ante un tribunal y hacer que leyera un capítulo de la biblia de seguido y sin equivocarse, una tarea prácticamente imposible para una persona con los nervios a flor de piel, ya que estaba siendo expuesta al escarnio público y acusada de algo que no había cometido. También eran arrojadas a un lago para que nadaran. Si flotaban, eran brujas. De no hacerlo, pues terminaban ahogadas.

Decimocuarta costumbre: Velar a los muertos

El término "velar a los muertos" viene precisamente de la Edad Media. Al muerto se le ponía en la mesa del comedor por días, esperando que en algún momento se despertara. La gente seguía con su vida normal e incluso comía en la misma mesa. ¿Por qué no enterrarlo de una vez? Porque existía la presunción de que el muerto podía despertar. Realmente, una de las cosas que sucedía en la Edad Media era que las copas estaban hechas de estaño y plomo, sustancias que al ser combinadas con las bebidas alcohólicas producían en la persona un estado de catalepsia por intoxicación. Entonces, para asegurarse de no enterrar a la persona viva, se esperaba alrededor de tres días a la luz de las velas. De allí la expresión "velar" y el estado de vigilia. Pasado este tiempo, si la persona no despertaba, entonces sí podría darse por muerte.

Decimoquinta costumbre: A los muertos se les ataba una campana

Suponiendo que el sueño del borracho hubiese pasado los tres días y, en realidad, se lo hubiera enterrado por error, había una última forma de salvarlo de la muerte. Los ataúdes en la Edad Media eran reutilizables, y se descubrió que éstos tenían en el interior de su tapa profundos arañazos de personas que fueron enterradas vivas. Para asegurarse de no volver a cometer una equivocación con un ser querido, metían a las personas en los cajones y ataban a sus manos un hilo conectado a una campana que podían hacer sonar para hacer saber que aún vivían.

Resumen de las extrañas costumbres de la Edad Media

CostumbreDescripción
1. Calles de excrementoLas calles de la ciudad estaban llenas de excremento de animales y humanos.
2. Baldes con orina por las ventanasLas personas tiraban los baldes con orina por las ventanas de las casas.
3. Bañarse no era saludableEl baño era infrecuente y mal visto, debido a creencias religiosas.
4. Comer con las manosNo se utilizaban cubiertos, por lo que se comía con las manos.
5. Sombreros y pelucas para disimular piojosSe usaban sombreros y pelucas para tapar la suciedad y los piojos en el pelo.
6. El pan hacía alucinarEl consumo de pan con hongo de centeno provocaba terribles alucinaciones.
7. Los cerdos eran llevados a la corteLos cerdos eran juzgados por su mal comportamiento y condenados a muerte.
8. La fiesta de los locosSe celebraba una fiesta de burla hacia la iglesia y sus costumbres rígidas.
9. Matrimonios por interés económicoLos matrimonios eran arreglados desde temprana edad y por conveniencia económica.
10. Depilarse las cejas y arrancarse el cabelloLas mujeres se depilaban las cejas, arrancaban las pestañas y parte del cabello.
11. Excesos de vanidadLa vanidad llevaba a usar sustancias tóxicas en la piel, ocasionando enfermedades e incluso la muerte.
12. Zapatos con punta largaTener la punta de los zapatos excesivamente larga era una señal de estatus.
13. La cacería de brujasSe persiguió y condenó a muchas mujeres acusándolas de brujería.
14. Velar a los muertosLos muertos eran puestos en la mesa del comedor durante días, esperando que se despertaran.
15. Atar una campana a los muertosSe ataba una campana a los muertos dentro de los ataúdes para asegurarse de no enterrar a una persona viva.

Preguntas frecuentes

¿Cuál era la costumbre más grotesca de la Edad Media?

Entre las costumbres más grotescas de la Edad Media, destaca el hecho de que las calles estaban llenas de excremento, tanto animales como humanos. Esto provocaba un ambiente nauseabundo y poco higiénico.

¿Por qué se tiraban los baldes con orina por las ventanas?

Debido a la falta de baños públicos, las personas utilizaban bacinicas cerca de sus camas durante la noche, y al día siguiente tiraban los líquidos por las ventanas. Esto contribuía a la insalubridad y los olores desagradables en las ciudades.

¿Por qué no se utilizaban cubiertos para comer en la Edad Media?

En la Edad Media, los cubiertos no eran de uso común. Solo la realeza podía hacer uso de ellos. La gente común y corriente comía con las manos, lo cual contribuía a la propagación de virus e infecciones.

¿Por qué se usaban sombreros y pelucas en la Edad Media?

En la Edad Media, había una gran infestación de piojos tanto en los ricos como en los pobres. Por eso, las pelucas y sombreros eran utilizados para tapar la suciedad del pelo y disimular los piojos.

¿Cuál era la edad ideal para casarse en la Edad Media?

En la Edad Media, las personas se casaban a temprana edad. La edad idónea para una mujer era 12 años y para los varones, 14 años. Los matrimonios eran arreglados por conveniencia económica y no por amor.

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