El escalofriante final de los asesinos de Julio César - El magnicidio de César el 15 de marzo del año 44 a.C. ha sido uno de los asesinatos políticos más importantes de la historia y continúa fascinando a muchas personas incluso después de más de dos mil años. El carácter icónico de la figura de César y las circunstancias que rodearon su asesinato hacen que este evento sea memorable. Las últimas palabras que se le atribuyen a César, "Tú también, hijo mío”, dirigidas a Marco Junio Bruto, a quien tenía en alta estima, constituyen el reproche más famoso y emotivo ante un acto de traición. Irónicamente, Bruto fue uno de los pocos conspiradores que participó en el magnicidio movido por la convicción de que la muerte de César era necesaria para preservar la República, más que por cálculos políticos u odio personal. Sin embargo, después de la muerte de César, otros eventos menos conocidos tuvieron lugar, como la pronta muerte de la mayoría de los principales participantes en su asesinato apenas un año después de este evento.
Los impactantes momentos finales de Julio César
Después de su asesinato, el cuerpo ensangrentado y sin vida de Julio César fue encontrado tirado a los pies de una estatua de Pompeyo, quien había sido uno de sus grandes adversarios. Tres esclavos recogieron el cadáver de César y lo llevaron a su casa en una litera. Los romanos, incrédulos de que el hombre que había marcado la vida de Roma durante más de dos décadas estuviese muerto, vieron cómo su líder era transportado. Poco después, los soldados de la decimotercera legión, estrechamente vinculada a César, llevaron leña y antorchas para la pira funeraria de su estimado líder.
Un nutrido grupo de romanos alimentó la hoguera con todo lo que tenían a mano para mantener el fuego vivo. Se dice que la esposa de César, Calpurnia, había tenido un mal sueño que se convirtió en un oscuro presagio y le advirtió que se cuidara. A lo que César habría respondido: "Sólo se debe temer al miedo". Otra leyenda cuenta que un vidente ciego había advertido a César de los Idus de marzo, y cuando llegaron, César, muy alegre, le recordó al vidente que seguía vivo, dando a entender que los días no habían terminado aún.
Julio César fue una figura destacada en la historia de Roma. Fue sacerdote de Júpiter, pontífice gestor, edil curul, profesor de los pretores pontificios, máximo procónsul, cónsul, dictador perpetuo y uno de los generales más exitosos del Imperio Romano. Conquistó grandes territorios para Roma, incluyendo los que hoy forman Francia, los Países Bajos, Bélgica y parte de Alemania. Fue el primer militar en llevar las legiones romanas a los territorios de Germania y Britania.
El magnicidio y sus tenebrosos protagonistas
El magnicidio de Julio César en el Senado fue un acto de sacrilegio que ilustra el temor que inspiraba y el estado de la Roma del año 44 a.C. Fue Cayo Longino, pretor, quien urdió la trama del magnicidio deseado por muchos senadores que creían que la muerte de César liberaría a Roma de un nuevo imperio dirigido desde Alejandría. Sin embargo, Longino no parecía ser el hombre adecuado para liderar una acción de tal envergadura y los senadores conspiradores decidieron acercarse a Marco Junio Bruto.
Bruto, también pretor, era un cercano seguidor de César, quien lo había designado gobernador de la Galia y pretor. Los conspiradores también contaron con Décimo Junio Bruto Albino, primo de César y un hombre en quien éste confiaba. Otros participantes en la trama fueron Cayo Trebónio, amigo y antiguo lugarteniente de César, y Casio Longino, antiguo partidario de Pompeyo a quien César había perdonado la vida y otorgado gobernaciones provinciales.
El número total de conjurados era de aproximadamente 60, y resulta asombroso que el plan no se hubiera desbaratado antes de su puesta en marcha. Los líderes del complot decidieron atentar contra César en el Senado para dar a entender que su muerte era un acto de salvación de la república, un golpe contra un gobierno dictatorial, y no una emboscada. El plan contemplaba que los senadores involucrados presenciaran el asesinato y lo respaldaran de inmediato.
Las motivaciones de los conspiradores eran variadas. Algunos creían que estaban realmente salvando a la república con el magnicidio, mientras que otros actuaban por cálculos políticos, odio o envidia. Varios de los conspiradores eran antiguos partidarios de Pompeyo a quienes César había perdonado la vida y otorgado gobernaciones provinciales, como es el caso de Casio Longino y Bruto.
El día escogido para el magnicidio fue el 15 de marzo del año 44 a.C. Los senadores convocaron a César al Senado para presentarle una petición a fin de retornar el poder al Senado. Marco Antonio, gran aliado de César, había tenido vagas informaciones sobre el atentado y, temiendo lo peor, se dirigió al Foro e intentó inútilmente detenerlo en las escaleras antes de entrar a la sesión. El grupo de conspiradores interceptó a César al llegar al Teatro de Pompeyo y lo condujo a una habitación del pórtico Este para entregarle la petición.
Cuando César comenzó a leer la petición, el senador Tulio Casio hizo un movimiento de distracción tirando de la túnica del dictador romano, quien era jurídicamente intocable. En ese momento, Publio Servilio Casca sacó una daga y le hizo una herida en el cuello. César se defendió con su puñal de escritura y desarmó a Casca, pero los senadores presentes se abalanzaron sobre él. Cegado por su propia sangre, César corrió intentando escapar, pero tropezó y cayó. Según Suetonio, recibió 23 puñaladas, y fue este historiador quien inmortalizó las supuestas últimas palabras dirigidas a Bruto: "Tú también, hijo mío". Sin embargo, Plutarco relató que César no dijo nada y simplemente se cubrió la cabeza con la toga al ver a Bruto entre sus agresores, probablemente para protegerse de las puñaladas.
El destino de los asesinos de César
Después del asesinato, los asesinos huyeron dejando el cuerpo de César tirado. La pronta muerte de los principales implicados en el magnicidio es destacada por Suetonio en su obra "La vida de los doce césares". Casio Longino y Marco Junio Bruto, considerados los líderes del complot, murieron poco tiempo después de participar en el asesinato de su antiguo líder. Bruto fue derrotado junto con su ejército por Marco Antonio en la batalla de Filipos, y según Plutarco, se suicidó arrojándose sobre su espada. Casio Longino, por su parte, se pasó el cuerpo con la misma espada con la que hirió a César antes de ser derrotado en Filipos.
Otros participantes en el magnicidio también tuvieron un destino oscuro. Cayo Trebónio fue decapitado, mientras que Lucio Minucio Váculo, un político y militar que había sido fiel partidario de César, fue asesinado por sus propios esclavos. Cicerón, aunque no ha sido mencionado como participante en el complot, fue ejecutado después del magnicidio por haber sido declarado enemigo del estado.
Tabla resumen
Asesino de César | Destino |
---|---|
Cayo Longino | Murió en la guerra civil contra Marco Antonio |
Décimo Bruto | Se suicidó arrojándose sobre su espada |
Casio Longino | Se suicidó pasando el cuerpo con su propia espada |
Cayo Trebónio | Fue decapitado |
Lucio Minucio Váculo | Fue asesinado por sus esclavos |
Cicerón | Fue ejecutado por ser declarado enemigo del estado |
Preguntas frecuentes sobre el asesinato de Julio César
1. ¿Cuántos conspiradores participaron en el magnicidio de Julio César?
Se estima que aproximadamente 60 conspiradores participaron en la trama para asesinar a Julio César.
2. ¿Cuál fue el destino de los asesinos de César?
La mayoría de los principales conspiradores murieron poco tiempo después del asesinato de César. Algunos se suicidaron, otros fueron decapitados y uno fue asesinado por sus propios esclavos.
3. ¿Cuál fue la motivación de los conspiradores para asesinar a César?
Las motivaciones de los conspiradores eran diversas. Algunos creían que estaban salvando a la república, mientras que otros actuaban por cálculos políticos, odio o envidia hacia César y su poder.
4. ¿Cuál fue el papel de Marco Junio Bruto en el magnicidio?
Bruto fue uno de los conspiradores principales y se considera que fue el autor intelectual del magnicidio. Aunque era un cercano seguidor de César, participó en el asesinato movido por su convicción republicana.
5. ¿Qué ocurrió después del asesinato de César?
Después del asesinato de César, se desencadenaron enfrentamientos y una guerra civil en Roma. Marco Antonio se enfrentó a los conspiradores, y muchos de ellos murieron en batallas posteriores.
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¡Hola! Soy Javier L., un apasionado de la historia que ha encontrado en la escritura una vía para compartir y explorar los rincones más fascinantes de nuestro pasado. Cuando no estoy sumergido en algún libro o documento histórico, me encuentras plasmando mis descubrimientos y reflexiones en este blog. Creo firmemente que la historia no solo es una serie de fechas y eventos, sino un rico conjunto de historias y lecciones que aún resuenan hoy. ¡Espero que disfrutes leyendo tanto como yo disfruto escribiendo! Un saludo y gracias por acompañarme en esta travesía por el tiempo.
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