En la historia de nuestro planeta, ha habido muchas extinciones masivas que han causado la desaparición de diversas especies. Estas extinciones pueden ser resultado de enfermedades, cambios climáticos e incluso el impacto de meteoritos. Sin embargo, en los últimos 100.000 años, uno de los principales causantes de la extinción de animales ha sido el ser humano. El hombre ha llevado a la extinción a numerosas especies debido a diversas razones como la alimentación, la protección de sus rebaños o el comercio.
- 1. Los tigres dientes de sable
- 2. Los caballos americanos
- 3. El uro europeo
- 4. Los pájaros elefantes
- 5. Los primeros pingüinos
- 6. El celoso del atlas
- 7. Las cebras cuacas
- 8. El guará de las Malvinas
- 9. El muel y el bucardo
- 10. El lobo marsupial de Tasmania
- 11. Los loros de Luisiana y Carolina
- 12. El ostrero unicolor canario
- 13. El león marino del Japón
- Resumen de los animales extintos por la acción humana
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Preguntas frecuentes
- 1. ¿Por qué el hombre llevó a la extinción a estas especies?
- 2. ¿Se están llevando a cabo esfuerzos para restaurar estas especies?
- 3. ¿Cuál es el impacto de estas extinciones en el medio ambiente?
- 4. ¿Qué podemos hacer para evitar más extinciones?
- 5. ¿Cuál es el papel de los museos y la divulgación de estas extinciones?
1. Los tigres dientes de sable
Los tigres dientes de sable fueron grandes felinos que vivieron hace millones de años. Aunque popularmente se les asocia con los tigres actuales, en realidad no están emparentados genéticamente. No se sabe a ciencia cierta si tenían o no piel con rayas o manchas, ya que solo se han encontrado sus restos óseos. Dependiendo de la región, los tigres dientes de sable presentaban cambios importantes en su tamaño.
Existieron tres especies principales de tigres dientes de sable. El Smilodon gracilis vivió en los Estados Unidos hace aproximadamente 2.5 millones de años y pesaba entre 55 y 100 kilogramos, lo que lo convierte en la especie más pequeña de los tigres dientes de sable. El Smilodon fatalis pesaba hasta 280 kilogramos y podía medir entre 1 y 1.1 metros de largo. Este fue encontrado en el yacimiento de La Brea, en Los Ángeles, Estados Unidos. El Smilodon populator, encontrado en Brasil, pesaba cerca de 300 kilogramos, tenía dientes de 20 a 26 centímetros y garras retráctiles similares a las de los gatos.
Estas distintas especies de tigres dientes de sable se extinguieron entre 12.000 y 10.000 años atrás debido a varios factores como la extinción de los mamuts y de las especies de las que se alimentaban, así como a la depredación llevada a cabo por los nativos americanos, quienes los cazaban por sus pieles o para alimentarse.
2. Los caballos americanos
Aunque los caballos árabes dispersos por todo el mundo son los más conocidos, hubo varias especies de caballos en América que se extinguieron antes de la llegada de los conquistadores. Una de estas especies fue el Cleohippus Lady Llanos, que habitó en las regiones de Florida y Alberta, Estados Unidos, hasta llegar a Panamá. Esta especie existió durante aproximadamente 6.7 millones de años y se extinguió hace 3.6 millones de años debido a cambios ambientales y la depredación de otras especies.
Otra especie que habitó Sudamérica fue el Plidhipus, que se diversificó en tres especies. El Plidhipus gordonat habitó en Argentina, el sur de Bolivia, Brasil, Chile y Uruguay; el Débil Lake vivió en las provincias de Buenos Aires, Argentina, y Jujuy, Bolivia; y el Zaldiacie era originario del salar de Surire, en Chile, y la provincia de Santa Cruz, Argentina. Estas tres especies habitaron Sudamérica hasta hace 8.500 años, cuando fueron llevadas a la extinción por la depredación de tigres dientes de sable, cánidos sudamericanos y los indígenas prehispánicos.
3. El uro europeo
El uro primogéneos, también conocido como uro europeo, fue una subespecie de uro originaria de Asia que emigró hacia Europa hace dos millones de años aproximadamente. Este animal contaba con cuernos de hasta 100 centímetros de longitud, una altura media de 160 a 180 centímetros y cuatro extremidades largas que le permitían alcanzar grandes velocidades.
Los uros se alimentaban de hojas, hierbas y ramas tiernas. Eran una especie agresiva que solía aparearse en los meses de agosto y septiembre, y sus crías nacían en mayo y junio. Los uros llegaron a visitar lugares tan distantes como Rusia, Polonia, España y Grecia. Sin embargo, la casa del uro fue intensificada en el siglo XVII y el último ejemplar conocido fue visto en Polonia en 1627.
4. Los pájaros elefantes
Los pájaros elefantes, parientes lejanos de los avestruces, se encuentran entre las aves más antiguas del mundo. Se piensa que esta especie emigró hace unos 85 millones de años a África y a Madagascar a través de un antiguo puente terrestre que ya no existe. El aislamiento geográfico de Madagascar y la escasez de depredadores llevaron a que esta especie desarrollara un gigantismo sorprendente.
Con tres metros de altura y 650 kilogramos de peso, los pájaros elefantes se convirtieron en una de las aves no voladoras más grandes del planeta. Sus huevos también eran enormes, midiendo cerca de 30 centímetros y pesando 9 kilogramos, lo que equivale a unos 220 huevos de gallina. La especie comenzó a reducirse en el siglo XVII debido a la extracción y depredación de sus huevos por parte de los habitantes de Madagascar, quienes los utilizaban como recipientes para transportar agua. Sin embargo, fue la llegada de viajeros y corsarios lo que finalmente la llevó a la extinción. El último informe que detalla su existencia fue realizado por el gobernador de Madagascar en 1642.
5. Los primeros pingüinos
El pingüino sin Penny fue una de las especies más grandes de las aves. Llegaba a medir un metro de altura y pesaba cinco kilogramos. Además, fue la primera especie en ser llamada "pingüino", debido a las manchas blancas en su cabeza. Este ave fue cazada desde la Prehistoria debido a su carne y sus huevos. Aunque esto ocurría tanto en Europa como en Norteamérica, sería en el siglo XIX cuando la cacería se intensificaría hasta llevarla a la extinción. Además de la cacería, la otra causa de extinción fue la pérdida de su hábitat natural, como la isla de Hairfull, que se hundió bajo las aguas en 1830 debido a un terremoto. El último ejemplar vivo de esta especie fue visto en Terranova en 1852.
6. El celoso del atlas
El celoso del Atlas era una subespecie de oso pardo extinto que vivía en la Cordillera del Atlas, desde Túnez hasta Marruecos. Los romanos cazaban a estos osos para domesticarlos y usarlos en el circo romano para asesinar a los prisioneros y enemigos del Estado. Los primeros registros sobre la existencia del celoso del Atlas provienen de los romanos. Su número se habría disminuido considerablemente por la caza y la destrucción de su hábitat natural. Los últimos ejemplares conocidos de esta especie los tuvo el sultán de Marruecos, quien los mantuvo en cautiverio en el siglo XVIII. Finalmente, se dio por extinto entre los años 1867 y 1870.
7. Las cebras cuacas
Las cebras cuacas eran una subespecie de cebra que habitaba en la provincia del Cabo, en Sudáfrica. Aunque en un principio se creía que eran una especie aparte debido a su apariencia, en realidad eran una variante de las cebras. Tenían franjas típicas de las cebras en la parte delantera, pero en la parte trasera tenían una coloración marrón característica de los caballos.
Esta subespecie, conocida como quagga, fue cazada por los colonos holandeses de Sudáfrica para alimentar a sus criados o empleados, y también utilizaban su piel para hacer sacos. Con la llegada de los ingleses a África, se intensificó la cacería para proteger al ganado ovino. El último ejemplar conocido de la cebra cuaga murió en un zoológico de Berlín en 1875. Actualmente, se están llevando a cabo esfuerzos para clonar a la especie y restaurarla en África.
8. El guará de las Malvinas
El dustic John australis, también conocido como el zorro lobo antártico de las Malvinas, era una especie de cánido descrita por los gauchos argentinos en el siglo XVIII. Esta especie estaba emparentada con el aguará guazú, una especie de zorro originario de Sudamérica. Se piensa que esta especie llegó a las Malvinas hace unos 3.000 años a través de un puente de hielo que las conectaba con el continente americano. Su caza intensiva comenzó en 1830 por los balleneros estadounidenses, quienes los cazaban para obtener su piel. En el siglo XIX, colonos británicos también contribuyeron a su exterminio para proteger a sus aves de corral. El último ejemplar de esta especie fue visto en 1876.
9. El muel y el bucardo
La capra pirenaica lusitanika, también conocida como muel, fue una subespecie de cabra montesa originaria de las zonas montañosas del norte de Portugal y de las regiones de Cantabria, León y occidental de España. Aunque esta subespecie era cazada por águilas, lobos y osos, su mayor enemigo fue el hombre, quien destruyó su hábitat natural para convertirlo en terreno para ganado. La caza también contribuyó a su extinción, la cual ocurrió en 1890 en España y en 1892 en Portugal.
En cuanto a la capra pirenaica pirenaica o bucardo, fue otra subespecie de cabra montesa originaria de los Pirineos franceses y de las zonas más montañosas del País Vasco, Navarra, Huesca, Lérida y Gerona en España. Su extinción en Francia en 1900 se debió a la caza excesiva, ya que su cornamenta era muy valorada entre la población local. En España, se intentó proteger a esta especie en peligro de extinción mediante la creación de leyes en 1913 y 1918 que consideraban su hábitat como una zona protegida. Sin embargo, estas leyes no fueron suficientes para evitar la competencia con otras especies animales, la caza ilegal y enfermedades genéticas que la llevaron finalmente a la extinción en el año 2000.
10. El lobo marsupial de Tasmania
El tilacino, también conocido como lobo marsupial, fue una especie de marsupial que vivía en Australia, Tasmania y Nueva Guinea. Aunque se asemeja a los lobos y perros en cuanto a su apariencia física, genéticamente está más emparentado con especies marsupiales. Esta especie sobrevivió a las últimas glaciaciones del holoceno hace unos 11.000 años. Las primeras poblaciones humanas en dejar constancia de esta especie fueron los aborígenes australianos, quienes dejaron pinturas rupestres que representaban al lobo marsupial en el sitio de Dante Rock hace unos mil años antes de Cristo.
La caza intensiva del tilacino comenzó en 1830 debido a los informes de ataques a las ovejas introducidas por los colonos en la región. Esta caza fue impulsada por la Van Diemen's Land Company, que pagaba una libra esterlina por cada ejemplar cazado. Además, los colonos ingleses también llevaban a cabo su caza. El último ejemplar conocido de esta especie murió en un zoológico en 1936.
11. Los loros de Luisiana y Carolina
Existieron dos subespecies de loros que se extinguieron en los Estados Unidos debido a la deforestación, la caza por motivo de decoración para sombreros y las enfermedades transmitidas por aves de corral. La primera de estas subespecies fue la Conuropsis carolinensis ludovicianus, que habitaba a lo largo de la desembocadura del río Mississippi y el río Missouri. Esta subespecie se extinguió en 1910. La Conuropsis carolinensis carolinensis, otra subespecie de loro, habitaba desde Virginia hasta Florida, en los Montes Apalaches. Fue cazada hasta su extinción en 1904. El último ejemplar vivo de esta subespecie fue visto en el condado de Okeechobee, Florida, en 1904, mientras que el último ejemplar en cautiverio murió en el Jardín Botánico y Zoológico de Cincinnati en 1918.
12. El ostrero unicolor canario
El ostrero unicolor canario es una especie extinta de ave originaria de las Islas Canarias, España. En la cultura popular de la región, se le llamaba grajo de mar o corvino debido a su plumaje oscuro y su similitud con los cuervos y grajos. Se cree que era un residente permanente en las Islas Canarias orientales, ya que no se han encontrado ejemplares fuera de esta zona. Sin embargo, hubo algunos avistamientos dudosos en la isla de Tenerife en el siglo XIX. Esta especie fue extinguida en 1940 debido a la depredación de sus huevos por los habitantes de las Islas Canarias y a la caza de gatos y ratas introducidos por los navegantes.
13. El león marino del Japón
El salofus capunicus, también conocido como león marino del Japón, era una especie extinta de león marino que habitaba en los archipiélagos de las Islas Kuriles, Japón, y la península de Kamchatka, Rusia, así como en el océano Pacífico noro-occidental. Esta especie presentaba grandes variaciones en el tamaño según el sexo. Las hembras tenían una longitud de 164 centímetros y un color gris claro, mientras que los machos pesaban entre 450 y 560 kilogramos y medían entre 230 y 250 centímetros.
Los leones marinos del Japón se alimentaban principalmente de peces y moluscos y eran muy sociables. Su extinción se debió a varios factores, como la sobrepesca que redujo su fuente de alimentos, la caza intensiva para obtener su piel y grasa, y su captura para la explotación comercial en espectáculos circenses. El último ejemplar de esta especie fue visto en la costa de la isla de Rebun en 1974.
Resumen de los animales extintos por la acción humana
Animal | Año de extinción |
---|---|
Tigre dientes de sable | Entre 12.000 y 10.000 años atrás |
Caballo americano | Hace aproximadamente 8.500 años |
Uro europeo | Se extinguió en el siglo XVII |
Pájaros elefantes | Se extinguieron en el siglo XVII |
Primer pingüino | Se extinguió en el siglo XIX |
Celoso del Atlas | Se extinguió entre los años 1867 y 1870 |
Cebra cuaga | Se extinguió en 1875 |
Guará de las Malvinas | Se extinguió en 1876 |
Muel y bucardo | Se extinguieron en el siglo XIX y 2000 respectivamente |
Lobo marsupial de Tasmania | Se extinguió en 1936 |
Loros de Luisiana y Carolina | Se extinguieron en el siglo XIX y principios del XX |
Ostrero unicolor canario | Se extinguió en 1940 |
León marino del Japón | Se extinguió en 1974 |
Preguntas frecuentes
1. ¿Por qué el hombre llevó a la extinción a estas especies?
El hombre llevó a la extinción a estas especies principalmente por motivos como la caza para obtener alimentos, pieles o adornos, la destrucción del hábitat natural de las especies y la competencia por recursos con otros animales.
2. ¿Se están llevando a cabo esfuerzos para restaurar estas especies?
En algunos casos, como el de la cebra cuaga y el lobo marsupial de Tasmania, se están realizando investigaciones sobre la posibilidad de clonar a las especies y reintroducirlas en su hábitat natural. Sin embargo, hasta el momento no se han ejecutado estos planes.
3. ¿Cuál es el impacto de estas extinciones en el medio ambiente?
La extinción de estas especies ha generado desequilibrios ecológicos a nivel mundial. Al desaparecer ciertos depredadores o especies que cumplían roles importantes en los ecosistemas, se altera la cadena alimentaria y se puede afectar la biodiversidad en general.
4. ¿Qué podemos hacer para evitar más extinciones?
Para evitar más extinciones, es fundamental tomar conciencia sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad y el respeto hacia todas las especies. Además, es necesario implementar políticas de protección de hábitats naturales y promover la educación ambiental desde temprana edad.
5. ¿Cuál es el papel de los museos y la divulgación de estas extinciones?
Los museos juegan un papel importante en la divulgación de la importancia de la conservación y la preservación de las especies. A través de exposiciones y actividades educativas, se puede generar conciencia sobre las extinciones pasadas y presentes, así como promover acciones individuales y colectivas para proteger nuestro medio ambiente.
Esperamos que esta información te resulte interesante y te motive a reflexionar sobre la importancia de preservar la diversidad de especies en nuestro planeta. Si tienes alguna experiencia o comentario que agregar, no dudes en compartirlo con nosotros en la sección de comentarios. Nos vemos en el próximo artículo.
Fuente: MuseodelaInquisicion.es

¡Hola! Soy Javier L., un apasionado de la historia que ha encontrado en la escritura una vía para compartir y explorar los rincones más fascinantes de nuestro pasado. Cuando no estoy sumergido en algún libro o documento histórico, me encuentras plasmando mis descubrimientos y reflexiones en este blog. Creo firmemente que la historia no solo es una serie de fechas y eventos, sino un rico conjunto de historias y lecciones que aún resuenan hoy. ¡Espero que disfrutes leyendo tanto como yo disfruto escribiendo! Un saludo y gracias por acompañarme en esta travesía por el tiempo.
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