Cómo fue la batalla de Thermo Fisher y por qué los espartanos en realidad no fueron 300, según los datos históricos. En agosto de 2020 se cumplieron 2500 años desde que ocurrió la batalla de las Termópilas, en la cual se enfrentaron las fuerzas griegas comandadas por Leónidas y la persa bajo el mando de Jerjes, en el marco de la Segunda Guerra Médica. Sin embargo, esta historia ha estado envuelta de mitos que se acrecentaron en 2006 con la película "300" de Zack Snyder, en la que Gerard Butler y Lena Hitler comparten el rol protagónico. En la cinta épica, muestran a Leónidas joven cuando los registros señalan que era un sexagenario al momento del combate y, obviamente, ya no estaba en edad militar. Además, está en discusión el número real de los hombres que ayudaron a Leónidas en las Termópilas. De acuerdo con varias fuentes, hasta la cantidad de hombres bajo el mando de Jerjes durante esta batalla está en tela de juicio y se cataloga como exageración los dos millones a los que aludió el otro. ¿Por qué se dio esta batalla y cómo se desarrolló en verdad? ¿Sólo eran 300 espartanos? Acompáñanos a descubrir las respuestas a estas y otras interrogantes en torno a este acontecimiento.
La batalla de las Termópilas: un combate pendiente desde hacía una década
El persa aqueménida era el imperio más grande que se conocía en el mundo antiguo, incluso ya en el siglo V a.C. y bajo el mandato de Darío Primero, había dominado Asia Menor y Macedonia en su empeño de expandirse por la Europa continental. Pero para el rey persa, Atenas y toda Grecia eran objetivos codiciados, no sólo por la expansión de sus dominios, sino porque esa misma expansión significaba prestigio. Este imperio se gobernó como una empresa familiar, de acuerdo con lo señalado por el catedrático Don Y. Spafford, autor de "Una nueva historia del mundo clásico". En el año 491 a.C., Darío Primero envió unos heraldos con el propósito de que los griegos se sometieran sin resistencia al poderío persa. Los atenienses y los espartanos sabían de la amenaza que se cernía sobre el territorio helénico, pero obviamente se rehusaron a ser dominados y se lo harían saber a Darío, asesinando a los emisarios. Atenas y Esparta liderarían una alianza para proteger su territorio. Entonces, cuando los persas atacaron las Cícladas, ellos en el año 491, tendría lugar uno de los combates bélicos más míticos: la batalla de Maratón. En ella, los griegos derrotaron a la fuerza invasora. Pero los persas no cesarían en su intento y querían borrar la mala imagen que les dejó esta derrota ante sus súbditos.
Los griegos, por su parte, estarían vigilantes. Jerjes asume el poder y prepara un nuevo ataque a los griegos. Darío el Grande fallece en 486 a.C. sin poder ejecutar un nuevo ataque en contra de los griegos, puesto que cuando se disponía a hacerlo tuvo que enfocarse en reprimir una insurrección en Egipto. Luego, le brota en su cuerpo una enfermedad que le quitaría la vida. Jerjes se convierte en el nuevo rey y desea cumplir los anhelos de expansión que su padre tenía para el imperio. Así que prepara una nueva invasión a gran escala a territorio griego, en parte también para vengar la derrota de los persas una década antes. Esta sería la mayor amenaza que se planeaba en la historia de los griegos.
¿Por qué se dio la batalla de las Termópilas?
No hay exactitud con relación a la cantidad de hombres que conformaban las fuerzas, y algunos medios la ubican entre 200.000 y 300.000. National Geographic dice que la cantidad ronda entre los 90.000 y 300.000 hombres. Otros medios, como el sitio web "El Espanyol", ubican la cifra en dos millones 800 mil. Es considerada como una exageración, la más aceptada ronda los 300.000.
La planificación de la invasión
Los persas comenzaron a colocar depósitos para los equipos y los suministros para su alimentación. También cavaron un canal en Chalkis y a través de él construyeron dos puentes para hacer más fácil el traslado de las tropas desde Asia hacia Europa. En esta nueva arremetida, Jerjes usaría los recursos del imperio y enviaría por tierra a un numeroso ejército y por las costas a una importante flota, unos 700 barcos aproximadamente, para invadir Grecia. La cantidad de combatientes al servicio del rey persa era numéricamente superior a la que tuvo su padre y a la que tendrían los griegos en este nuevo intento de dominación.
¿Por qué la batalla fue en el paso de las Termópilas?
Las Termópilas era un desfiladero estrecho. El lugar estaba muy cerca del mar, a unos 150 kilómetros al norte de Atenas. Se calcula que tenía unos 15 metros de ancho. El desfiladero discurría entre las montañas empinadas que bajaban hacia el mar y, a lo largo de la costa, dejaban una zona estrecha y pantanosa. Allí brotaban manantiales calientes de azufre, que dan nombre al sitio, cuya traducción sería "puertas calientes", porque daban acceso a la Grecia continental. Es también el lugar en el que murió Heracles, según narra el mito. En las Termópilas había tres puntos que eran especialmente angostos: la puerta oriental, la puerta occidental y la que finalmente escogerían los griegos, la puerta central, que era la segunda puerta. Este punto del desfiladero tenía un muro, el muro de Póquer, ante el cual Leónidas y sus hombres se pararían ante una posible y nueva arremetida persa. Entonces las Termópilas era lo que separaba a Jerjes del corazón de Grecia, y sus fuerzas no atravesarían ineludiblemente. La superioridad de la caballería persa se vería anulada por la estrechez de las Termópilas, donde Leónidas y el disciplinado ejército que lo acompañaba se apostarían para impedir, a cualquier precio, el avance de las huestes persas.
La batalla de las Termópilas
Es probable que, al inicio del conflicto, el rey espartano creyera con firmeza en las altas bajas en las filas persas en las Termópilas quebrantarían la línea y el honor de los invasores y los harían huir antes de alcanzar su objetivo. De acuerdo con War History, cuando los griegos vieron que se intentaba concretar una nueva invasión por parte de los persas, la primera acción fue movilizar a 1000 hoplitas al valle de Tempe, ubicado a poca distancia del monte Olimpo. Sin embargo, el número de personas era muy superior y los hoplitas decidieron retirarse. En tanto, las ciudades-estado de Grecia, unas 31 de más de 100, tuvieron una fuerza unificada gracias a la Liga Helénica, que se había pactado en Corinto en el año 481 a.C. y que tenía entre 6.000 y 7.000 hombres. La alianza más significativa fue la de Esparta y Atenas, que comprendía una alianza militar y naval. Atenas, en ese momento, contaba con una gran flota en los lindantes estrechos de Eubea y Artemisio. Sin embargo, hubo griegos que tomaron una postura de neutralidad y otros pocos que pactaron con el rey persa. Leónidas, como uno de los diarcas de Esparta, decidió tomar las riendas del combate gracias a la formación militar que recibió. Además de las defensas terrestres, los griegos enviaron a unas 40 millas náuticas de las Termópilas, en la costa norte de Eubea, una flota aproximada de 300 trirremes (barcos de guerra). El propósito de esta flota, probablemente, era evitar que los persas llegaran a la costa interior de Grecia.
Los persas, en cambio, Jerjes no ordenó un ataque inmediato sobre los griegos, sino que dio un plazo de cuatro días para darle al enemigo la oportunidad de rendirse o huir. El rey persa, al parecer, restaba créditos a la posibilidad de que los griegos se enfrentaran a sus fuerzas. Además, Jerjes usó una táctica diplomática al enviar a Leónidas unos emisarios que buscaban hacerle ver que el enfrentamiento con los persas traería innecesariamente el derramamiento de sangre griega, y que era mejor rendirse y entregar sus armas y recursos. Así, el imperio los trataría como aliados especiales. Pero tal ofrecimiento era una ofensa, porque el mayor honor espartano era morir en la batalla por defender su territorio. Según Plutarco, la respuesta de Leónidas para Jerjes fue: "Ven y tómalas". Al quinto día, la furia persa estaba lista para desatarse. Jerjes confiaba en el número de su fuerza de combate y pensaba que en unas pocas horas ya habría doblegado a los griegos. No obstante, la batalla en las Termópilas llevó tres días de intensos enfrentamientos.

¡Hola! Soy Javier L., un apasionado de la historia que ha encontrado en la escritura una vía para compartir y explorar los rincones más fascinantes de nuestro pasado. Cuando no estoy sumergido en algún libro o documento histórico, me encuentras plasmando mis descubrimientos y reflexiones en este blog. Creo firmemente que la historia no solo es una serie de fechas y eventos, sino un rico conjunto de historias y lecciones que aún resuenan hoy. ¡Espero que disfrutes leyendo tanto como yo disfruto escribiendo! Un saludo y gracias por acompañarme en esta travesía por el tiempo.
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