Vida aterradora en un pueblo medieval

Vida aterradora en un pueblo medieval

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Índice
  1. Así era la vida en un pueblo medieval
  2. El Medioevo: un periodo histórico definitorio
  3. Los asentamientos de los pueblos medievales
  4. La nobleza y la vida en los castillos
  5. La vivienda: menos comodidades
  6. La alimentación: simple pero necesaria
  7. El papel de la mujer en el pueblo medieval
  8. La vestimenta: sencilla pero funcional
  9. Las formas de entretenimiento
  10. El sistema de justicia
  11. Una higiene precaria y enfermedades por doquier
  12. Enfermedades por doquier y limitaciones en el área médica
  13. Una muerte inevitable y sus rituales
  14. La vida en la Edad Media: más allá de los mitos de grandeza
  15. Tabla resumen:
  16. Preguntas frecuentes:
    1. ¿Existían hospitales en la Edad Media?
    2. ¿Cómo eran los castigos en la Edad Media?
    3. ¿Cómo era la vida de las mujeres en la Edad Media?
    4. ¿Cuál era la expectativa de vida en la Edad Media?
    5. ¿Cómo eran los sistemas de justicia y las penas en la Edad Media?

Así era la vida en un pueblo medieval

Seguramente, cuando escuchas sobre este periodo histórico, se te vienen a la mente imágenes de castillos, caballeros, guerras y reyes, todos elementos muy populares en libros, películas y series medievales. Pero poco se suele representar la vida diaria y cotidiana durante la época. Que no todos eran nobles que iban a la guerra constantemente. Mientras se desarrollaban estas historias épicas, había una parte mayoritaria de la población que vivía de forma modesta en pequeños pueblos, con costumbres definidas y carencias evidentes. Más allá de las grandes batallas y los hombres de hierro, en este artículo te contaremos cómo era la vida cotidiana en los pueblos medievales, las actividades que eran parte del día a día y cómo vivía la sociedad, desde lo económico a cosas tan simples pero necesarias como la comida y el entretenimiento. Así que acompáñanos en este viaje al pasado para saber cómo era la vida en un pueblo.

El Medioevo: un periodo histórico definitorio

El Medioevo es uno de los periodos históricos más definitorios de la cultura occidental. Se estima que ocurrió entre los siglos quinto y 15, desde la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 hasta la llegada de los europeos a América en 1492. Durante esta época, sobreviven muchos símbolos que mantienen un valor importante en el occidente actual, como los caballeros, las guerras y el poder eclesiástico. También fue una época de oscurantismo, censura literaria, aislamiento y epidemias. Fueron 1000 años difíciles de resumir, pero en los cuales se mantuvieron ciertas costumbres y tradiciones en los pueblos donde vivían los campesinos y se desarrollaba la vida doméstica y cotidiana. ¿Cómo era esa vida más allá de las guerras épicas y los caballeros heroicos? Sigamos explorando.

Los asentamientos de los pueblos medievales

Cerca del 90% de la población durante la Edad Media eran campesinos. Aunque durante la Antigüedad Tardía estos campesinos vivían aislados en granjas separadas, durante el Medioevo comenzaron a unirse en comunidades que eventualmente se convirtieron en villas y pueblos. Era una época muy violenta y desordenada. Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, Europa quedó fragmentada y sin una autoridad única que impartiera orden y asumiera el mando. Distintos jefes locales surgieron en las comunidades. Hubo muchas conquistas e intento de invadir los terrenos de otros campesinos más débiles, esto llevó a la construcción de castillos y de los pueblos a su alrededor con murallas para protegerse. Los nobles ofrecían protección y seguridad a los campesinos, quienes trabajaban las tierras y pagaban al señor feudal. El desarrollo de los pueblos respondió principalmente a la necesidad de seguridad, no solo para protegerse de líderes de otras comunidades medievales, sino también de los vikingos, cuyas invasiones marcaron a la época medieval. Esta necesidad de cuidarse de las invasiones llegó a la construcción de ciudades amuralladas, con toda la vida protegida dentro de las paredes. Es decir, las escuelas, iglesias, casas, comercios, etc. La vida diaria en los pueblos medievales seguía las pautas del calendario agrario. La mayoría vivía para trabajar en el campo, sembrar, producir y cosechar. Solían ser las actividades que marcaban la vida de los campesinos. Quienes vivían cerca del castillo tenían asignadas ciertas áreas para la siembra. Cada familia tenía su sector, pero trabajaban de forma comunitaria en ciertas actividades como el arado. También construían las vías de transporte y limpiaban ciertas áreas de los bosques. Pero no todos eran campesinos. Una parte de la población se dedicaba a otras actividades necesarias para la época. Había herreros, artesanos, afiladores y hombres que ofrecían diversos trabajos de reparaciones, mantenimiento y construcciones. También había campesinos libres, quienes tenían sus propias tierras y no pagaban ni cumplían servicios al señor feudal. Y el señor feudal también tenía que dar servicios a sus campesinos. Era una relación simbiótica donde ambas partes debían cumplir y beneficiarse. Si los campesinos ofrecían trabajo, servicios y dinero, el señor feudal debía ofrecer protección, un sistema de justicia, un molino para trabajar, panadería, ubicaciones favorables, una iglesia, etc. Los campesinos y siervos vivían las consecuencias de las decisiones del señor feudal. Si este era particularmente violento o tenía problemas con otros pueblos, sus disputas eran sufridas por los pobladores, quienes solían ser las víctimas de las invasiones. Si el señor feudal era generoso y pacífico, la vida de los siervos era más tranquila y podían tener una vida más cómoda, con impuestos más bajos y acceso a suficiente comida.

La nobleza y la vida en los castillos

Los nobles, la nobleza por título o de los caballeros, ejercían el control y dominio de las tierras. Eran ellos los señores feudales, que hacían por herencia de su familia o por haber cumplido el servicio militar recompensado. Controlaban los castillos, cobraban los impuestos y ejercían el poder en los pueblos. Había distintos niveles en la nobleza. El más alto lo constituían los reyes, quienes no solo controlaban los terrenos de sus reinos, sino también a otros nobles de menor rango, que eran señores feudales y asumían el control de sectores más pequeños del reino. Los caballeros eran el nivel más bajo de la nobleza. No eran dueños de tierras propias, pero las controlaban en nombre del Rey y recibían parte de los ingresos. Los nobles tenían vidas muy diferentes a las de los campesinos y siervos trabajadores. Sus días estaban orientados a distintos juegos, como el ajedrez, y a escuchar música de los trovadores.

La vivienda: menos comodidades

Los campesinos y siervos solían vivir en casas pequeñas, con suelo de tierra, paredes de madera y techo armado con una mezcla de barro, estiércol y paja. Las estructuras tenían pocas ventanas, por lo cual eran muy oscuras y poco ventiladas. Dentro de ellas vivía la familia y también sus animales de granja, quienes eran encerrados para evitar que los robaran, los mataran otro animal salvaje o simplemente escaparan. Tenían pocos muebles, siempre de madera. Era común tener una mesa para comer, bancos y armarios. Si tenían algunos recursos, solían clavar retazos de lino sobre los asientos para hacerlos más cómodos. Las camas eran pequeñas, se hacían con materiales más suaves como tela rellenas de pelo animal, pero usualmente estaban llenas de insectos y piojos. No eran cómodas, además de ser pequeñas, se hacían muy calientes en verano y muy frías en invierno. Las velas que se utilizaban para dar luz estaban hechas a base de grasa, así que desprendían un fuerte olor. Tampoco había baños, al menos no como los conocemos hoy en día. El baño era un balde que se vaciaba todos los días por la mañana en el río más cercano. Algunos campesinos contratataban a otros siervos para ayudarlos en casa, lo cual era una práctica común que servía a muchos jóvenes para ganar dinero y aprender oficios que luego necesitarían para mantenerse durante la adultez. Muchas jóvenes trabajaban para otras casas y ahorraban el dinero para sus dotes de matrimonio.

La alimentación: simple pero necesaria

Los platos más comunes de la población tenían avena, trigo y cebada, también vegetales. Usualmente comían caldos, sopas y guisos tibios. Pocas veces comían carne. Cuando la vacían, solían hacerla de sus propios animales, que reservaban para el invierno. Es sorprendente saber que no acostumbraban a tomar agua, aunque es la más simple de las bebidas. En realidad, los campesinos la ignoraban y solían tomar vino y cerveza en su lugar. El agua se usaba para limpiar y cocinar, usualmente provenía del mismo río donde llevaban el balde de los desechos. Las mujeres de la casa tenían el trabajo diario de buscar el agua y cargarla en baldes hasta el hogar. Los pueblos más grandes tenían acceso al agua en pozos o incluso en un mecanismo de zanjas que sería precursor del concepto de las tuberías actuales.

El papel de la mujer en el pueblo medieval

La vida medieval se regía por normas sociales estrictas. Era una estructura de clases que también discriminaba por sexo. Las mujeres tenían un rol subordinado al de los hombres de su misma familia y clase. Especialmente debían obedecer a su padre, hermano, su esposo, incluso las viudas, quienes disfrutaban de una mayor independencia, tenían restricciones legales bajo los hombres. Aunque tenían un rol bastante tradicional en todas las clases sociales, se esperaba que la mujer se casara joven, tuviera hijos y se encargara del hogar. Las mujeres del Medioevo también solían trabajar y cumplir distintas actividades de acuerdo con su estrato. Las mujeres campesinas también participaban en la siembra de alimentos, el cuidado de los animales y algunos productos textiles. Las mujeres más ricas podían dedicarse al comercio, como sus esposos. Algunas prestaban dinero, manejaban pequeños hoteles o asistían en intercambios comerciales. Las mujeres más pobres solían vender comida en los mercados o trabajaban como siervas domésticas y lavanderas en las casas de familias con más riqueza. Las nobles eran las encargadas de mantener y cuidar las actividades de su casa. Usualmente conservas a su disposición, aunque tenían una posición más cómoda, no podían participar en la política, en el ejército y en los asuntos de gobierno en la iglesia. Solo tenían la posibilidad de ser monjas, como ocurre hasta ahora. Solo los hombres podían ocupar el rol de sacerdote.

La vestimenta: sencilla pero funcional

Los campesinos vestían con túnicas cortas que ajustaban con un cinturón. Las piernas se cubrían con medias largas que llegaban hasta la cintura o por medias cortas que cubrían hasta debajo de la rodilla. Los zapatos podían ser de cuero con suelas pesadas hechas de madera. También usaban capuchas para cubrirse la cabeza. Las mujeres también usaban cinturones para ajustar vestidos largos que cubrían todo su cuerpo. Algunas veces, el vestido no tenía mangas, así que los brazos estaban cubiertos por una ropa interior que usaban debajo del vestido. La ropa interior usualmente era de lino, mientras que la ropa externa solía ser de lana.

Las formas de entretenimiento

Aunque la mayor parte del día se dedicaba al trabajo en el campo, la población medieval también tenía distintas formas de entretenimiento y diversión. Los niños tenían juguetes artesanales muy parecidos a los conceptos de hoy en día: muñecas, espadas de madera, pelotas. Algunos juegos como el bádminton, ajedrez, damas y backgammon eran populares. Muchos poetas recitaban sus obras en público. Se hacían obras de teatro para todos, muchas veces con actuaciones de historias incluidas en la Biblia o dramatizaciones de historias de santos católicos y sus milagros. En Inglaterra, por ejemplo, se hacían historias de San Jorge y su victoria sobre el dragón que estaba a punto de comerse a la hija del rey. Las artes eran la principal forma de entretenimiento de toda la población.

El sistema de justicia

Aunque alejado de la estructura legal desarrollada que tenemos hoy en día, los pueblos medievales tenían sus propios métodos de impartir orden y justicia entre la población. Los robos eran muy frecuentes en estos pueblos, pues había muchas personas pobres. La noche era especialmente peligrosa en los caminos. Muchas bandas de ladrones aprovechaban para robar a los viajeros en medio de la impunidad que les daba la oscuridad. En algunos pueblos, había grupos que patrullaban las calles de noche con antorchas para iluminar las áreas, con el objetivo de que los criminales no hicieran de las suyas. Las prisiones también eran incómodas, las casas pobres pequeñas y poco higiénicas tenían espacio insuficiente para todas las personas que las habitaban. Los prisioneros no tenían nada asegurado, así que dependían de sus familiares para recibir comida o dinero que les permitiera sobrevivir. Sin apoyo, podían morir de hambre mientras estaban encerrados. Existían distintas modalidades de juicios para impartir justicia y decidir culpabilidad. Una de ellas era el juicio por combate, en el cual el acusado debía pelear con un caballero para probar su inocencia. Consideraban que Dios veía el juicio y se aseguraba de que ganara quien tuviera la razón. Cuando el acusado era miembro de la Iglesia, mujer, un niño, una persona con discapacidad, podían elegir a un campeón que combatiera en su nombre. Otro tipo de juicio era el de prueba, en el cual el acusado debía cumplir con una prueba para demostrar su inocencia. Usualmente, eran pruebas muy peligrosas que implicaban un gran riesgo. Nuevamente, la idea era que Dios decidiría si la persona era inocente y la salvaría del peligro. Algunas pruebas podían ser tan peligrosas como lanzarse a un pozo profundo. Si la persona flotaba en lugar de ahogarse, se le consideraba culpable, pues el agua la había rechazado. Realmente no había muchas alternativas para probar la inocencia. Los castigos podían ser desde multas hasta la muerte. En general, todos eran muy duros y desproporcionados por la falta cometida. Quienes cometían faltas leves eran condenados a pagar una multa y pasar un tiempo en la picota, un instrumento de tortura construido con madera en el cual se colocaba a una persona arrodillada, sujetando la cabeza y los brazos, y se bloqueaba con una cerradura. El sentenciado debía pasar horas o días en esa posición en público. Era doloroso y humillante a la vez. Otros crímenes más graves, como los robos de carretera, ganado o asesinato, eran sometidos a torturas y eventualmente condenados a muerte. Podrían morir en la horca o quemados en una pira. Las ejecuciones se hacían siempre en público, frente a toda la población. Quienes administraban esa justicia eran, en la mayoría de los casos, los nobles de cada localidad. A veces participaban miembros del clero. A principios del siglo 12 en Inglaterra, surgió el primer sistema de cortes reales que mantenían jueces relativamente independientes, pero con una ley común en todos los pueblos. Este fue el primer paso para que los juicios orales, donde se presentaba evidencia, se convirtieran en el método de decisión, dejando de lado los juicios por combate y prueba.

Una higiene precaria y enfermedades por doquier

Durante el Medioevo no existía aún el conocimiento sobre la importancia de la higiene para prevenir enfermedades. Bañarse no era costumbre, ni siquiera para las personas con riqueza. Los nobles se bañaban, si acaso, algunas veces al año. Sin tuberías ni duchas modernas, organizar un baño era un desafío logístico. Implicaba recoger suficiente agua para llenar una bañera, lo cual tomaba horas, y luego tener que sacar esa misma agua para desecharla. Es por esto que cuando se bañaban, usualmente toda la familia compartía la misma agua en la bañera, acumulando la suciedad de todos antes de vaciarla. En la época era común decir que de un campesino se podía esperar que celebrara dos veces en su vida: el día que nació y el día que murió. La forma más común de higiene era el lavado de manos y cara, que se hacía diariamente con paños húmedos. En algunas ciudades, usaban los ríos para bañarse, pero eso implicaba un riesgo de seguridad, pues los ladrones podían aprovechar para robar las ropas y pertenencias en la orilla, y un riesgo sanitario, ya que esos mismos ríos eran los sitios donde se votaban los desechos de los sanitarios, lo cual indica que muy probablemente estaban contaminados.

Enfermedades por doquier y limitaciones en el área médica

Como podría esperarse en una civilización sin higiene básica, las enfermedades eran bastante comunes. Se estima que la mitad de los niños morían antes de la adolescencia. Las infecciones eran frecuentes, en el agua, en la piel, en cualquier parte del cuerpo. Además, las enfermedades contagiosas solían propagarse con facilidad, pues la mayoría de la población vivía sin nada y no tenían conocimientos de salud preventiva. Además, las moscas y las ratas convivían con la gente, haciendo más probable el contagio de enfermedades. Muchas de las enfermedades que mataban en la era medieval ahora tienen tratamiento. La lepra es una de ellas. Otras enfermedades comunes de la época fueron la viruela, el cólera, el sarampión y la peste bubónica, conocida como la peste negra, que fue la epidemia más grande y extendida de la Edad Media.

Una muerte inevitable y sus rituales

Como toda civilización humana, la población medieval tenía ritos para conmemorar la muerte. Todas las condiciones de la época, la vida era mucho más corta. Cerca de la mitad de los nacidos no llegaban a la adolescencia y quienes lograban sobrevivir, vivían más allá de los 45 años, cuando se consideraba el inicio de la vejez. Los funerales en los pueblos medievales eran sencillos. El cuerpo se cubría con un sudario y se llevaba a la iglesia, donde se hacía una misa en honor al fallecido, con un sermón del sacerdote. El entierro de los campesinos se hacía en ataúdes simples de madera. Incluso a veces se enterraban sin féretro, solo el cuerpo directo en la tierra. Los muertos se enterraban en el patio de la iglesia, que hacía la función del cementerio. Recibió ese nombre porque la comunidad lo consideraba un dormitorio, el cementerio era el sitio donde reposaban los cristianos muertos.

La vida en la Edad Media: más allá de los mitos de grandeza

La vida en la Edad Media va mucho más allá de las épicas guerras y los caballeros con figuras sónicas. Para la mayoría de la población, fue una época de desigualdades, mucho trabajo, poca higiene y muchas enfermedades. Pero fue un proceso histórico necesario para alcanzar lo que ahora llamamos el Renacimiento y el inicio de la modernidad. Entender cómo vivían las poblaciones anteriores a la nuestra, más allá de los mitos de grandeza, es una gran manera de aprender a conocernos como civilización y entender mejor nuestra cultura. Esperamos que este artículo te haya sido útil. Si tienes algo que agregar, por favor compártelo con nosotros en la sección de comentarios. No olvides seguirnos en todas nuestras redes sociales y suscribirte a nuestro canal para más contenido relacionado con la historia y la cultura. ¡Hasta la próxima!

Tabla resumen:

AspectoDescripción
Asentamientos de los pueblos medievalesPueblos amurallados para protección contra invasiones
La nobleza y la vida en los castillosControl y dominio de las tierras por parte de los nobles
La viviendaPequeñas casas con pocos muebles y poca comodidad
La alimentaciónMayormente vegetariana, con poca carne y sin agua potable
El papel de la mujerSubordinado, pero con roles en el campo, comercio y hogar
La vestimentaRopa sencilla, de lino y lana, con detalles ajustados
Las formas de entretenimientoJuegos, poesía, obras de teatro y música
El sistema de justiciaJuicios por combate, pruebas, torturas y penas duras
Una higiene precariaPoco baño, baja higiene y altas posibilidades de enfermedades
Enfermedades por doquierInfecciones comunes y epidemias mortales
La muerte y sus ritualesRitos sencillos y entierros en iglesias o cementerios

Preguntas frecuentes:

¿Existían hospitales en la Edad Media?

Sí, existían hospitales durante la Edad Media, aunque eran pocos. La mayoría de los enfermos se trataban en casa por sus propios familiares, y a veces por algún doctor. Los médicos medievales eran poco parecidos a los actuales. Creían más en una combinación de oración y tratamiento que en pruebas rigurosas para medir la efectividad de los medicamentos. La mayoría de los tratamientos se hacían con hierbas y seguían una visión bastante tradicional y compartida por múltiples civilizaciones humanas.

¿Cómo eran los castigos en la Edad Media?

Los castigos en la Edad Media podían variar desde multas hasta la muerte. En general, todos eran muy duros y desproporcionados por la falta cometida. Quienes cometían faltas leves eran condenados a pagar una multa y pasar tiempo en la picota, un instrumento de tortura construido con madera en el cual se colocaba a la persona en posición arrodillada y se bloqueaba con una cerradura. Otros crímenes más graves, como los robos de carretera, ganado o asesinato, eran sometidos a torturas y eventualmente condenados a muerte. Podrían morir en la horca o quemados en una pira. Las ejecuciones se hacían siempre en público.

¿Cómo era la vida de las mujeres en la Edad Media?

La vida de las mujeres en la Edad Media estaba regida por normas sociales estrictas y discriminación por sexo. Tenían un rol subordinado al de los hombres de su misma familia y clase. En todas las clases sociales, se esperaba que la mujer se casara joven, tuviera hijos y se encargara del hogar. Sin embargo, también solían trabajar y cumplir distintas actividades según su estrato. Las mujeres más ricas podían dedicarse al comercio, mientras que las más pobres solían vender comida en los mercados o trabajar como siervas domésticas y lavanderas en casas de familias adineradas.

¿Cuál era la expectativa de vida en la Edad Media?

La expectativa de vida en la Edad Media era mucho más corta que en la actualidad. Cerca de la mitad de los niños morían antes de llegar a la adolescencia. Quienes lograban sobrevivir, vivían más allá de los 45 años, cuando empezaba a considerarse la vejez. Las condiciones de vida, la falta de higiene, las enfermedades y las condiciones laborales difíciles contribuyeron a una vida más corta en ese periodo histórico.

¿Cómo eran los sistemas de justicia y las penas en la Edad Media?

Los sistemas de justicia en la Edad Media eran diferentes a los actuales. Existían distintos métodos para decidir la inocencia o culpabilidad de una persona. Uno de ellos era el juicio por combate, en el cual el acusado debía pelear con un caballero para probar su inocencia. Otro tipo de juicio era el de prueba, en el cual el acusado debía realizar una acción para demostrar su inocencia. Las penas podían variar desde multas hasta la muerte. En general, los castigos eran duros y desproporcionados por la falta cometida, y las ejecuciones se realizaban en público.

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